Desearía que los políticos cambiaran las leyes contra el maltrato animal; las endurecieran con penas de cárcel ya que quiénes son violentos con un animal, lo son también con el ser humano.
Adoptar a un animal que ha sido maltratado es gratificante ya que no sólo les ayudas a ellos, sino a ti misma; ves como van superando sus miedos, su desconfianza, recibes todo su amor y fidelidad. Smoke (en la fotografía estaba en la protectora antes de llevármelo a casa) fue uno de ellos, utilizado como sparring en peleas de perros ,en mi familia lo nombramos como un miembro más; lo que lamento que mi hija no lo hubiera conocido por más tiempo, aunque siempre le explicamos anécdotas, aventuras que pasamos con él que nos hacen reír porque, aunque era adulto, se comportaba como un cachorrín patoso.
Adoptar a un animal maltratado te hace conocerte más a ti mismo y sacas todo lo bueno que llevas dentro. 100% demostrado ya que Smoke no ha sido el único que adopté en esas condiciones y siempre ha sido igual, te dan todo lo mejor.
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